Suelo tropezar tres veces en la misma piedra, para cerciorarme de que es la piedra en la que se tropieza dos veces.

Me noto muy cambiá, José Luis Cuerda
Un lector lee un libro. Si el libro es bueno, se olvida de sí mismo; eso es lo único que tiene que hacer un libro. Si mientras lee, el lector no puede olvidarse de sí mismo y piensa en el escritor constantemente, el libro es un fracaso. Esto no tiene nada que ver con disfrutar de la lectura. Quien quiere disfrutar se compra una entrada para la montaña rusa.

Estimado señor M., Herman Koch

Diezmada, desangrada,
cortada en tantas partes
como sueños,
quiero,
no obstante,
ésta y no otra manera
de estar viva;
ésta y no otra manera de morir;
este sobresalto
y no más la habitual duermevela.
Como una sombra de uno mismo
o como incendiado fósforo violento.
No hay otra alternativa,
ni más signo de identificación.
No otra muerte.
No mayor vida.

Cerca de cien, Ida Vitale

Estoy aquí
en el mundo
en un lugar del mundo
esperando
esperando.
Ven
o no vengas
yo
me estoy aquí
esperando.

Vuelo ciego, Idea Vilariño
Nunca olvides lo qué eres, porque, desde luego, el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte.

Canción de hielo y fuego, George R. R. Martin
Una tarde fuimos a visitarle y lo encontramos en la cocina. Llevaba delantal, fregaba los platos y preparaba la cena para su hijita Colette y su mujer. El amigo con quién había ido trató de bromear: «Pero oye, Durruti, ésos son trabajos femeninos.» Durruti le contestó rudamente: «Toma este ejemplo: cuando mi mujer va a trabajar yo limpio la casa, hago las camas y preparo la comida. Además baño a la niña y la visto. Si crees que un anarquista tiene que estar metido en un bar o en un café mientras su mujer trabaja, quiere decir que no has comprendido nada.»

El corto verano de la anarquía, Hans Magnus Enzensberger
Si los hijos pudieran librarse de cargar toda la mierda acumulada para ellos por las generaciones anteriores, quizá el mundo sería un lugar mejor donde vivir.

El matón que soñaba con un lugar en el paraíso, Jonas Jonasson
Nada ocurre dos veces
y no ocurrirá. Por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.

Siendo alumnos más torpes
en las escuelas del mundo
no repetiremos años,
inviernos o veranos.

No volverá ningún día,
no hay dos noches iguales,
dos besos que se repitan,
dos miradas similares.

Ayer cuando tu nombre
alguien dijo en voz alta,
sentí como si una rosa
cayera por la ventana.

Hoy que estamos juntos,
hacía la pared vuelvo la cara.
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Es una flor, o una piedra?

¿Por qué, dime, mala hora,
te juntas con el miedo infructuoso?
Eres y por eso has de pasar.
Pasas, y eso es prodigioso.

Sonrientes, medio abrazados
tratamos de buscar la cordura,
aún siendo tan diferentes
como dos gotas de agua pura.

Antología poéticaWislawa Szymborska