No se puede decir nada, supongo, de una felicidad perfecta, sin manchas ni defectos; nada que no sea la certeza de que tendrá que acabarse.

La lluvia antes de caer, Jonathan Coe
A lo largo de la historia de la humanidad, muy poca gente ha necesitado vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario para subsistir. Y cuando empezamos a hacerlo masivamente no fue porque nos pareciera una idea particularmente atractiva, sino porque no nos dejaron otra opción.

Capitalismo canalla, César Rendueles

Casi todos mis amigos están metidos en cosas raras que yo no entiendo del todo... y, con unas cuantas excepciones vergonzosas, les deseo que todo les vaya muy bien. ¿Quién soy yo, en realidad, para decirle a un amigo que no debería cambiar su nombre por Oliver High, librarse de su familia y unirse a un culto satánico en Seattle? O discutir con otro amigo que quiere comprarse un Remington Fireball de un solo tiro para poder salir a liquidar policías desde una distancia segura...
Me parece bien, hagan lo que hagan; es lo que digo siempre. No hay que meterse nunca a hurgar en la cabeza de un amigo, ni por accidente. Y si sus viajes privados se descontrolan de vez en cuando... en fin, haces lo que haya que hacer.

La gran caza del tiburón, Hunter S. Thompson
La vida sólo empieza a tener sentido cuando te das cuenta de que a veces (muchas veces, casi siempre) dos ideas totalmente contradictorias pueden ser ciertas.

La lluvia antes de caer, Jonathan Coe
En un país donde mandan los cerdos, todos los cerdos suben rápido... y los demás vamos jodidos, si no somos capaces de coordinar nuestras acciones: no necesariamente para Ganar, sino más que nada para no Perder del todo. Nos lo debemos a nosotros mismos, y a esa tullida imagen que tenemos de nosotros como algo mejor que una nación de ovejas aterradas... pero, sobre todo, se lo debemos a nuestros hijos, que tendrán que vivir con nuestra derrota y todas sus consecuencias a largo plazo.

La gran caza del tiburón, Hunter S. Thompson
Te pasa la vida teniendo orgasmos, y al final todo desaparece. Lo recuerdas, y después revientas, tienes las células achicharradas, y todo se va a paseo contigo, los recuerdos, todo el placer. Se acabó. No sirve de nada hacer como que las cosas funcionan de otro modo, que estamos acompañados, que nos amamos, que nos ayudamos, que somos solidarios y que nos protegemos. Cada uno va a la suya, coges lo que puedes, te aprovechas, revientas y se acabó.

La mejor parte de los hombres, Tristan Garcia
«No me importa que llueva en verano. Hasta me gusta. Es mi lluvia favorita.»«¿Tu lluvia favorita?», dijo Thea. Recuerdo que frunció el ceño sopesando aquellas palabras, y luego exclamó: «Pues la mía es la lluvia antes de caer.» Rebecca se sonrió al oír aquello, pero yo dije (en plan pedante supongo): «Pero, cielo, antes de caer en realidad no es lluvia.» Y Thea me dijo: «¿Y entonces qué es?» Y yo le expliqué: «Pues es sólo humedad. Humedad en las nubes.» Thea bajó la vista y se concentró una vez más en escoger los guijarros de la playa; cogió dos y se puso a golpearlos uno contra otro. Parecía que el ruido y la sensación le gustaban. Yo seguí: «¿Entiendes entonces que no existe la lluvia antes de caer? Tiene que caer para que sea lluvia.» Era una tontería explicarle aquello a una niña pequeña; casi me arrepentía de haber empezado. Pero por lo visto Thea no tenía ningún problema en captar la idea; más bien al revés, porque al poco rato se quedó mirándome y meneó la cabeza con gesto de pena, como si discutir aquellas cosas con una idiota estuviera poniendo a prueba su paciencia. «Ya sé que no existe.», dijo. «Por eso es mi favorita. Porque no hace falta que algo sea verdad para hacerte feliz, ¿no?»

La lluvia antes de caer, Jonathan Coe
La juventud sin escolta de nubes, 
los muros, voluntad de tempestades, 
la lámpara, como abanico fuera o dentro, 
dicen con elocuencia aquello no ignorado, 
aquello que algún día débilmente 
ante la muerte misma se abandona.

Hueso aplastado por la piedra de sueños, 
¿qué hacer, desprovistos de salida, 
si no es sobre puente tendido por el rayo 
para unir dos mentiras, 
mentira de vivir o mentira de carne?

Sólo sabemos esculpir biografías 
en músicas hostiles; 
sólo sabemos contar afirmaciones 
o negaciones, cabellera de noche; 
sólo sabemos invocar como niños al frío 
por miedo de irnos solos a la sombra del tiempo.

La realidad y el deseo, Luis Cernuda
No frecuento mucho el mundo exterior, la vida real, y paso la mayor parte del tiempo en mi propio universo interior, del que estoy cansado, precisamente, o del que me siento prisionero. Sólo sueño con huir de esta cárcel, pero no lo consigo, ¿y por qué? Porque tengo miedo de huir de ella y también, y es lo más desagradable de admitir, porque en el fondo me gusta.

Una novel rusa, Emmanuel Carrère
Lo cierto era que, a pesar de todo, estábamos avanzando hacia la idea de una federación mundial dominada por los Estados Unidos de América y con una lengua común: el inglés. Por supuesto que la perspectiva de ser gobernados por unos tarugos resultaba vagamente desagradable; pero, después de todo, tampoco sería la primera vez. A juzgar por los testimonios que dejaron acerca de sí, los romanos eran evidentemente una nación de imbéciles.

Lanzarote, Michel Houellebecq
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz; 
si como muros que se derrumban, 
para saludar la verdad erguida en medio, 
pudiera derrumbar su cuerpo, 
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición, 
sino amor o deseo, 
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos 
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu 
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor, 
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

La realidad y el deseo, Luis Cernuda
Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.

Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.

Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.

La realidad y el deseo, Luis Cernuda
Algunas personas, quizás, hacen el amor en un estado de lucidez plena; no las envidio. Lo único que yo consigo hacer en un estado de lucidez plena son mis cuentas; o la maleta.

Enemigos públicos, Michel Houellebecq y Bernard-Henri Lévy
La memoria no es una magnitud fiable en una vida. No lo es por la sencilla razón de que no antepone la verdad a todo. No es nunca la exigencia de veracidad lo que decide si la memoria reproduce un suceso correctamente o no. Lo decide el interés personal. La memoria es pragmática, es insidiosa y astuta, pero no de un modo hostil o malicioso; al contrario, hace todo lo posible para satisfacer a su amo. Algunas cosas las empuja hasta el vacío del olvido, otras las retuerce hasta lo irreconocible, otras las malinterpreta elegantemente, y algunas, las menos, las recuerda nítida y correctamente. Tú nunca puedes decidir qué es lo que se recuerda correctamente.

La isla de la infanciaKarl Ove Knausgård